Martín Villa es acusado de crímenes durante el franquismo por la justicia argentina. La justicia española no ha querido juzgarlo al considerar que han prescrito por la ley de amnistía. Obvian una cuestión esencial los crímenes de lesa humanidad no prescriben nunca. Además la legislación internacional está por encima de la española a pesar de que el fiscal del TS Javier A. Zaragoza considere que si los republicanos catalanes tienen la ONU, ellos tienen DOS, como decían los franquistas en 1947. Bien, expresidentes de gobierno y dirigentes empresariales y sindicales han escrito cartas a favor de Martín Villa dirigidas a la jueza Maria Servini. Los sindicalistas y socialistas tendrían que mirar a la cara a los miles de sindicalistas y militantes de partidos antifranquistas detenidos y torturados mientras Martín Villa saludaba con en el brazo en alto. El expresidente Zapatero, uno de los que escribe cartas infamantes, sobre Martín Villa dice: "Sin haberlo vivido no se posible un juicio objetivo". Ya.
Juan José Millás explicó que Martín Villa le dijo que cuando detuvieron el 22 de diciembre de 1976 a Santiago Carrillo, él que era Ministro de Interior llamó a la comisaria para asegurarse que no lo torturaran. Millás responde ¿pero entonces usted es ministro del Interior de una Policía que sigue torturando? ¿O sea que para proteger a un detenido tiene usted que llamar para que no le peguen? ¿Y usted lo sabe, esto?", y que el exministro "hizo así, un gesto como diciendo ‘pues así son las cosas, ¿no?’".[1]
Os pondré un ejemplo de unos amigos míos, que lo vivieron de bien cerca. Mientras Martín Villa era Ministro de Relaciones Sindicales en España del gobierno franquista de Arias Navarro bajo el jefe de Estado Juan Carlos I, pasó esto. El día 17 de abril de 1976 al salir de una cena a Madrid, la tenebrosa Brigada Político y Social (la Gestapo española) detuvo toda la dirección de lo UJCE (Elia Martínez Caba, José María Duplá, Angel Ezama, José Luís Aparicio, Domènec Martínez, Víctor Viñuales, Concepción Fondo y Rafael Carmona). Les aplicaron la legislación antiterrorista y estuvieron detenidos e incomunicados durante tres días en la Dirección General de Seguridad. Una vez pasadas estas 72 horas el juez Gómez Chaparro del Juzgado de Orden Público número 1 autorizó la prórroga de la detención cinco días más. (Es el juez del caso de la Matanza de Atocha que dejó escapar intencionadamente a uno de los autores: Fernando Lerdo de Tejada.) En el transcurso de estos ocho días los detenidos fueron brutalmente torturados. La editorial de la revista clandestina de la JCC Jove Guardia (10-5-1976) explicaba que además de golpes por todo el cuerpo y maltratos de todo tipo, se les aplicó otros sistemas de tortura, como por ejemplo el quirófano, ponerles palillos bajo las uñas o colgarlos por los pies. Existe una transcripción detalladísima de las torturas realizada por el cineasta comunista Juan Antonio Bardem en la prisión de Carabanchel y de Yeserías y publicada clandestinamente[2]:
El interrogatorio ¿Cómo es? ¿Dónde se hace? ¿Cómo se hace? ¿Quién lo hace?
Te llevan a un despacho. Te quitan las esposas –que son propiedad del guardia, que se las lleva– y entonces los inspectores te ponen las suyas propias; depende del criterio del funcionario. Posteriormente cuando empieza el "baile" te llevan a un cuartito pequeño para que los gritos y los golpes no molesten a los que están en las oficinas. (...) –Pegan. Entonces ya lo que les importa es sacar una respuesta, la que buscan o les conviene y pegan. Pegan uno solo, o dos, o todos.
Vamos a precisar. ¿Qué clase de golpes?
Bofetadas, puñetazos, patadas, rodillazos, tirones de pelo, golpes con porra, golpes de karate, retorcimientos de brazos, pisotones...
¿Son golpes dolorosos o simples amagos?
Buscan los puntos dolorosos del cuerpo y susceptibles de no dejar huella visible. Testículos, estómago, riñones, bazo...
Y en la cara. Es corriente que te peguen con ambas manos y con fuerza en los dos oídos al mismo tiempo. Eso te aturde y te desequilibra.
Hay una escalada prevista tanto en la dureza de los golpes como en su forma de administrarlos: bofetadas, puñetazos, patadas.
¿Y después?
Después ya son métodos típicos de tortura. Tienen un catálogo amplio de procedimientos que ellos mismos llaman "juegos".
Por ejemplo: el camello, el pato, la ruleta rusa, el quirófano, la gimnasia...
El camello es un "juego" para agotarte físicamente. Consiste en colocar los brazos y manos esposadas debajo de las corvas, ponerte un peso encima –varias mantas cuarteleras, libros gruesos, guías telefónicas...– y hacerte caminar en esta postura curvada durante varias horas.
Para que no te desmayes, a veces te levantan con el pretexto de insistir sobre la pregunta.
¿Y si te desmayas?
Te reaniman a golpes.
Mientras el "camello" camina, los presentes se entretienen en pegarte patadas, bofetadas dobles... Uno no ve nada, sólo las baldosas del suelo y tu propio sudor que cae. Y al mismo tiempo te insultan.
¿Qué insultos?
Rojo, cabrón, hijo de puta, maricón; vamos a traer aquí a tu mujer, a tus padres y ya verás lo que es bueno. Te vamos a lisiar, desgraciado. Te vamos a despellejar.
A mi mujer la detuvieron conmigo. Está embarazada de tres meses. Me decían: "¿De quién es el hijo, cabrón, tuyo o de Marx?. La hemos inyectado y vas a tener un hijo tonto.
El "pato" es un "camello" perfeccionado. La posición es similar pero al esposarte más abajo, sólo puedes andar, desde luego en cuclillas, pero de puntillas. Después de una hora estás completamente deshecho.
La "ruleta rusa" viene casi siempre después de los otros dos juegos, cuando ya estás agotado. Consiste en situarte dentro de un círculo de 5 ó 6 funcionarios y cada uno te hace la misma pregunta y te pasa al otro. Si la respuesta es negativa a fuerza de golpes surtidos y de gran variedad. Y todo esto esposado, con las manos atrás y de que son muy cuidadosos para que no te hieras o golpees con filos de mesas o armarios. Nada de señales: esa es la idea.
El "quirófano" es, dentro de los que conocemos, el número bomba, la apoteosis. Preparan un escritorio como mesa de operaciones. Te tumban a lo ancho de él. Te cuelgan así las piernas desde las corvas y el tórax i la cabeza. Boca arriba. Así el estómago está tenso y los testículos bien a la vista. Las manos esposadas a la espalda.
Entonces 5 o 6 policías te golpean continuamente: puñetazos en el estómago y los testículos. Hay diversos estilos que se suceden rítmicamente y todos con la máxima contundencia. Así uno te aporrea como si batiese un tambor con los puños. Otro te sacude "ganchos" potentes, otro es especialista "testicular", es decir tiene gran perfección en los puñetazos en los testículos. La reacción tuya al golpe es arquear el cuerpo, parece como si la columna vertebral fuese a romperse. Alguno después de este tratamiento ha tenido graves lesiones de columna. Un compañero se pasó dos años enyesado y en cama a resultas de este "juego".
A mi me hicieron beber agua antes de la sesión y durante el "juego" se ufanaban de que me la hacían verter por las narices.
A otros, han aprovechado esa postura forzada de la cabeza colgando hacia atrás inclinada hacia el suelo, para echarles agua en la boca con un botijo. Simplemente no puedes respirar.
Hay también una hermosa "variante" en el "juego" que se puede llamar "hígado-bazo". Dos funcionarios sincronizan sus golpes eligiendo uno de los órganos cada uno para sus puñetazos simultáneos.
¿Qué es la gimnasia? ... Bueno, es un conjunto de los "juegos" menores (pato, camello, etc.) con algunos perfeccionamientos en el itinerario, levantarse y agacharse, por ejemplo.
Me habéis hablado de golpes en los pies. ¿Cómo lo hacen?
Te obligan a descalzarte antes de hacer el pato. Al cabo de un rato de "ejercicio" me obligaron a ponerme de rodillas y apoyar la cabeza en ellas. Las plantas de los pies quedan bien al aire. Entonces con una porra te pegan en los talones, planta y dedos, cinco o seis veces cada serie de golpes en cada pie. Luego cuando el especialista ve que los pies están en un punto correcto de tumefacción para y vuelves otra vez a hacer el "pato". Al cabo de un tiempo, cuando se ha enfriado, el especialista empieza otra vez.
A mi me lo hicieron, tumbado en el suelo, boca abajo, todo a lo largo. Naturalmente también te pegan, aprovechando el viaje, por todo el cuerpo.
A mi me tuvieron un par de horas en cuclillas, esposado las manos atrás, subiéndome y bajándome rítmicamente, mediante tirones de pelo. Cuando me bajaban un rodillazo en el pecho y siempre, golpes con la porra en las nalgas y espalda.
Y, en general, la sesión ¿cuánto dura?
¿De interrogatorio o de juego?
De interrogatorio un promedio de 10 a 12 horas diarias, con dos o tres sesiones al día. Empezando a cualquier hora del día o de la noche. Por ejemplo, a las dos o tres de la madrugada. Los juegos sobre un par de horas en cada ocasión.
¿Y la tortura psíquica? ¿Qué formas tiene?
A parte del ambiente y las condiciones en que estás sumergido, el aislamiento, las amenazas, las torturas físicas, los insultos, todo ese conjunto de cosas que están calculadas para degradar y erosionar tu resistencia física, hay múltiples procedimientos.
Me llevaron a un despacho donde tenían a mi mujer y delante de ella me interrogaron. Cuando no respondía empezaron a pegarme ante su vista. Y volvieron a hacerlo una y otra vez. Al mismo tiempo me amenazaron con pegarle a ella, a su vez, si no respondía.
A veces te hacen creer que alguien de los tuyos está siendo "tratado" en un despacho. Abren fugazmente una puerta, ves algo o a alguien; oyes quejidos, gritos, llantos y, realmente, te crees que sí están allí. A veces es cierto y entonces es aún más horrible. Es la angustia de la impotencia.
¿Qué podéis decirme del trato de la policía con las mujeres?
Por lo que sabemos es prácticamente igual al que hemos sufrido nosotros. Quizás sean más cuidadosos en el sentido de procurar menos posibilidades de señales, que en ellas serían aún más escandalosas. Hay además, frecuentemente, amenazas más o menos veladas de violencia sexual. Cuando alguna de ellas está embarazada tienen sumo cuidado de no provocar un aborto y no golpear en el vientre, pero sí en el resto del cuerpo. Por otra parte se ensañan más en el lado psíquico de la violencia.
Torturas a una de las mujeres: "Me subieron a otro interrogatorio. Duró unas tres horas. Me dieron bofetadas, pisotones y gran cantidad de puñetazos en los hombros, en la espalda, en los brazos y en los muslos, de una forma estudiada... Me hicieron el "baile"; consiste en ponerte de pie, firme y empiezan a darte fuertes golpes con las palmas de las manos, como bofetadas, sobre los oídos, pero muy seguidos, sin parar. Luego te zarandean de un lado para otro y llega un momento que todo te da vueltas, tienes vértigo y te dan mareos. Otra cosa que me hacían era agarrarme con fuerza del pelo y llevarme la cabeza como una pelota, obligando a dar vueltas. Esto me lo hacían sentada o de pie, indistintamente. Estas cosas las alternaban con preguntas. A veces venía "el bueno", que me aconsejaba. Durante los cinco días sufrí unos 12 interrogatorios, el más largo duró unas siete horas, por lo general duraban de tres a cuatro horas. Les dije que estaba embarazada, pero esto no les frenó, tal vez en no pegarme en el vientre. En dos ocasiones nos juntaron a mi marido y a mí. En la primera lo trajeron. Estaba destrozado, lo tenían que sujetar, tenía morados en la cara, se le veía el pelo revuelto y como si le hubieran arrancado mechones. Le pegaban delante de mí y me decían: "eres tu la responsable de todo, si hablaras lo dejaríamos en paz". La segunda vez me llevaron a mi delante de él y me hacían el "baile" y le gritaban: "la hemos hecho abortar, la vamos a matar, ya sabéis que luego se dice que fue un accidente..." En una tercera ocasión nos dejaron juntos durante unos 5 minutos y nos daban consejos para que recapacitáramos, etc. Cuando estaba arriba oía gritos terribles, de otros compañeros a los que estaban torturando".
Ésta chica detenida embarazada de tres meses semanas después perdió el hijo. Su compañero, no soportó el trauma y se suicidó un tiempo después.
En la reunión en qué fueron detenidos se preparaba la IV Conferencia de la UJCE. Los detenidos pasaron en la prisión de Carabanchel y salieron en libertad el 15 de junio de 1976. Ni Martín Villa, ni Juan Carlos I, ni ahora, Felipe VI han pedido perdón. Estas cartas de responsables políticos sindicales y empresariales son una de las más grandes inmoralidades de los últimos años. ¿Qué mensaje lanzan a los jóvenes? Si hace falta podéis ayudar a los torturadores que en el futuro habrá personas que incluso harán cartas a favor vuestro. Desde la rabia más infinita: ¡miserables!
NOTAS
[1] Declaraciones de Juan José Millás en el programa "A vivir" de Javier del Pino en la Cadena SER, en referencia al programa de Gemma Nierga en "La Ventana".
[2] "Contra la represión y por la libertad", Juan Antonio Bardem. Carabanchel, 29-4-1976 y testimonios de las presas en Yeserías. Hojas clandestinas JCC, 20-5-1976.