La exposición EMEEK EMANA se podrá ver en Bergara desde el próximo viernes
Los rostros de la guerra con nombre de mujer
BERGARA ABRIRÁ EL VIERNES LA MUESTRA “EMEEK EMANA’, QUEVISIBILIZA EL ROL ACTIVO DEL COLECTIVO DURANTE EL FRANQUISMO
Noticias de Gipuzkoa
Un reportaje de Anabel Dominguez - Miércoles, 17 de Enero de 2018 - Actualizado a las 10:40h
Kontxi Lazpiur, sentada en el centro y con su imagen detrás, en una de las muestras organizadas. ( Foto: N.G.)
Republicana, progresista, amante de la política y del euskera, la bergaresa Norberta Ezpeleta Leturia (1909-1992) era una aficionada a la lectura y leía libros “prohibidos” de Blasco Ibáñez y Alejandro Dumas. Seis requetés la sacaron de su casa y se la llevaron, dejando solos a sus cuatro hijos, uno de ellos con una grave minusvalía. Acusada de oír la radio internacional de Londrés, estuvo presa en las cárceles de Ondarreta y Saturraran. Le raparon el pelo. Su marido, Blas Unamuno, miliciano de UHP, fue asesinado, al igual que su hermano, Alfonso, gudari del batallón Kirikiño. La de Norberta es una de las historias de la guerra que llevan nombre de mujer y que dan contenido a la muestra Emeek Emana que desde este próximo viernes (se inaugurará a las 19.00 horas) podrá visitarse en la sala Aroztegi de Bergara.
El fotógrafo chileno Mauro Saravia y la asociación Intxorta 1937 Kultur Elkartea, con la colaboración de la Diputación de Gipuzkoa, han dado “rostro y voz” a mujeres anónimas vascas que sufrieron el conflicto bélico y el franquismo. A través de sus ojos, arrugas y miradas la exposición itinerante, que estará en marcha hasta el 11 de febrero, acerca a testimonios y vivencias que fueron silenciadas y que tienen cara de mujer.
Entre ellas la de Kontxi Lazpiur Zabala (Bergara 1924), que tal y como podrá consultarse en la sala de Barrenkale, creció en un ambiente obrero, nacionalista y defensor de su lengua. Cuando tenía cinco años se trasladaron a Eibar, donde reside, y allí vivió los primeros ataques fascistas. Junto a su madre y tres hermanos huyó a Bilbao, y tras varios intentos de embarcar para escapar de los bombardeos, lograron llegar a Torrelavega para ser acogidas por una familia. En 1961 el franquismo les asentó un nuevo golpe: su hermano Imanol fue salvajemente torturado. Cuatro años más tarde comenzó a dar clases de euskera y durante 25 años mantuvo un fuerte compromiso y conoció los grupos clandestinos, las escuelas de noche...
VISIBILIDAD A LA MUJER
El retrato de Kontxi y el de otras 51 mujeres protagoniza la muestra, que se completa con once nombres que “abrieron camino, alzaron su voz y construyeron futuro”, como es el caso de Norberta y otras diez mujeres ya fallecidas. Esta parte gráfica se refuerza con el pase de un vídeo y un catálogo.
“Hemos querido recoger el papel activo que las mujeres desempeñaron durante el golpe militar y el franquismo. Desde puntos de vista e ideologías distintas, todas tienen en común el deseo de sobrevivir”, explica Julia Monge, miembro de Intxorta 1937. Así, este proyecto busca hacer pedagogía en el ámbito de la memoria y dar visibilidad a la mujer, ”ya que lamentablemente los relatos de nuestra historia solo han recogido la visión de los hombres”, destaca Monge. Y en esta línea habrá un programa paralelo de visitas dirigidas a los alumnos de cuarto de la ESO, primero y segundo de Bachiller.