"No juzgar los crímenes del franquismo supone su aceptación. No disociarnos de ellos al no persegurilos y juzgarlos". Así de rotunda se expresa la abogada Ana Messuti, miembro del equipo jurídico que en 2010, hace diez años, interpuso en Buenos Aires la conocida como 'Querella argentina', que denuncia los crímenes de la dictadura franquista y la guerra civil. Messuti acepta que la expresión puede sonar algo "maniquea", pero advierte de que en el Derecho es así: "El silencio supone aceptación. Estás aceptando que esos hechos que sabemos que fueron cometidos queden impunes. Estás aceptando la injusticia", explica.
La especialista en Filosofía del derecho por la Universidad de Roma y doctora en Derecho por la Universidad de Salamanca acaba de publicar el libro Derecho como Memoria y Justicia (Postmetropolis), un contundente alegato favor de la justicia universal, una herramienta que la autora califica de "revolucionaria", y contra esa "manera de entender el Derecho tan cerrada que permite que las injusticias queden impunes y las víctimas olvidadas".
"La impunidad de unos excluye el reconocimiento de la victimización de otros. Las victimas ni siquiera existen como víctimas en el ámbito jurídico""La impunidad de unos excluye el reconocimiento de la victimización de otros. Las victimas ni siquiera existen como víctimas en el ámbito jurídico. Para que sean víctimas tiene que haber una declaración de que han sufrido un delito, pero para eso tiene que haber una sentencia que condene el crimen", sostiene Ana Messuti, que defiende que la muerte del responsable de delitos tan graves como los considerados como lesa humanidad no pueden quedar fuera del ámbito de la Justicia solo porque el autor ha muerto. "Las víctimas siguen existiendo. ¿Quién les da justicia?", se pregunta la autora.
La también autora de La justicia deconstruida también se muestra muy crítica con los argumentos esgrimidos por la Justicia española para rechazar juzgar los crímenes del franquismo en España o, incluso, colaborar con la Justicia de Argentina. En su opinión, el Derecho tiene las suficientes herramientas e instrumentos como para investigar los crímenes del franquismo y no hacerlo supone, únicamente, una "decisión previa" justificada a posteriori. "Los argumentos esgrimidas por la justicia española no son la razón por la que no se ocupan de los crímenes del franquismo. Se trata de una decisión previa de no ocuparse de esos crímenes la que les ha llevado a buscar, encontrar y afianzar argumentos que respalden esa decisión", señala.
"Las víctimas siguen existiendo. ¿Quién les da justicia?", se preguntaLa publicación de esta obra coincide con el décimo aniversario de la presentación en Buenos Aires de la conocida como 'Querella argentina', un hito que para la autora ha supuesto "una experiencia fundamental". "He podido tener contacto humano con las víctimas directas o indirectas de la represión y conocer su dolor a través de las herramientas que me brinda el Derecho y el conocimiento de sus casos. Mi objetivo siempre era recabar el testimonio más objetivo posible y a pesar del dolor que ves intentar mantener siempre la frialdad que exige el derecho a la hora de exponer pruebas", explica.
En estos diez años caminando junto a los y las denunciantes (en estos momentos está presentando denuncias de descendientes de republicanos españoles en los campos nazis) dice haber aprendido que la querella argentina es una especie de proceso, que va lento pero que va dando sus frutos y que los seguirá dando mientras se mantenga abierto. "Es una marcha con la que hemos aprendido y caminado con las víctimas. Nos ha permitido conocer testimonios que no se conocían y poner en el mapa internacional la impunidad de los crímenes del franquismo. Entiendo que pueda crear insatisfacción que sea un proceso tan largo y de final incierto. Pero tenemos que seguir aprendiendo de lo que este proceso nos está dando", sentencia.