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Todas las Nocheviejas la Real Casa de Correos se cuela en los televisores españoles para despedir el año. Quien más, quien menos, se tiene una imagen nítida de este emblemático edificio. Pero su historia, ¿es tan conocida? Durante décadas para muchos el reloj que preside la Puerta del Sol no fue sinónimo de júbilo sino de terror. La actual Sede del Gobierno de la Comunidad de Madrid alojó a la Dirección General de Seguridad (DGS). O lo que es lo mismo, fue el cuartel general de la policía franquista.
La Ley de Memoria Democrática obliga a reconocer y señalizar aquellos espacios que históricamente tienen un significado político, especialmente en lo relativo a la Guerra Civil y la dictadura. El objetivo de esta medida es cumplir con el derecho a la memoria de las víctimas y también, con el derecho de la ciudadanía de conocer la historia de los lugares que se habitan.
Este jueves, los diferentes Colectivos de Memoria Histórica y de Víctimas del Franquismo de Madrid se han concentrado en las puertas de la antigua sede de la DGS para exigir que se reconozca que ese edificio fue espacio de tortura. En sus despachos y pasillos camparon a sus anchas figuras como la del torturador Antonio González Pacheco, más conocido como Billy 'El niño'.
En el acto se han expuesto una decena de testimonios. La mayoría de ellos, pertenecen a personas que en los años 60 y 70 rondarían la veintena. Todos ellos han relatado cómo de una manifestación estudiantil o de una asamblea de trabajadores fueron arrastrados en furgones policiales hasta los calabozos de la DGS.
En ese momento, llegar a las puertas de la Real Casa de Correos era asumir una pesadilla. Empujones, chantaje emocional o descargas eléctricas son algunas de las formas de tortura que se ejecutaban en su interior. Sin embargo, todos estos crímenes siguen impunes, a nivel tanto judicial como político.
Los Colectivos de Memoria Histórica exigen reconocer, al igual que han hecho todas las capitales europeas con pasado fascista, los puntos de tortura en favor de una verdadera memoria democrática.
Ante la negativa del Ayuntamiento de Madrid y de su alcalde José Luis Martínez-Almeida a colocar una placa que recuerde lo ocurrido en la actual Casa de Correos, tras la lectura del manifiesto se ha colocado una pegatina en su puerta. "En recuerdo de todas las personas aquí detenidas, torturadas y asesinadas durante la dictadura franquista. Por defender la libertad, la democracia y la justicia social".