Abrirá la 1ª querella con la Ley de Memoria Democrática en vigor la brecha para juzgar los crímenes franquistas?

29/11/2022
Carlos Vallejo, torturado en Via Laietana por su militancia en Comisiones Obreras en 1970, espera que la nueva Ley de Memoria Democrática permita que por fin la justicia española investigue los crímenes del franquismo. La querella se engloba en una campaña para pedir que la comisaría de Via Laietana, “el agujero negro de la represión de la dictadura en Barcelona”, se convierta en un espacio de memoria.

Crímenes del franquismo

20 días de torturas en Via Laietana: la primera querella con la Ley de Memoria Democrática en vigor

Carles Vallejo
El Salto
17 nov 2022 13:50

 

 

 

 

 

 

Carles Vallejo fue detenido el 17 de diciembre de 1970,  a las 6h45 de la mañana. Los agentes de la Brigada Político Social le llevaron a la comisaría de Via Laietana, en Barcelona, donde lo mantuvieron durante 21 días sufriendo torturas y humillaciones por su militancia política. 

“Yo fui uno de los cuentos de represaliados de la dictadura que fuimos a parar a la tenebrosa Vía Laietana 43, que era el agujero negro de la represión de la dictadura en Barcelona”, recuerda a El Salto Carles Vallejo, presidente de la Associació Catalana d'Expresos Polítics del Franquisme y del Consell de Participació del Memorial Democràtic. “Presentamos esta querella aprovechando la aprobación de la ley de Memoria Democrática, que abre algunas brechas para que se investiguen los crímenes del franquismo”, añade.

En los 70, Vallejo explica que la Brigada Político Social tenía especialistas en la persecución de personas de ideología comunista, de sindicalistas y de libertarios entre otros colectivos que amenazaban la dictadura franquista. “A mi me tocó el equipo dedicado a los sindicalistas y al movimiento obrero dirigido por el comisario Genuino Nicolás, que tenía una especial vigilancia sobre la Seat”. 

Había comenzado a trabajar en la Seat un año antes, después de haber participado en el movimiento estudiantil. La Seat por entonces era la mayor empresa de España y la que acumulaba mayor número de trabajadores y trabajadoras. Era una empresa prácticamente militarizada, según explica, con militares en cargos de responsabilidad, con policías armados y guardias civiles jubilados en puestos de vigilancia y con una plantilla importante de personas pagadas para pasar información sobre todo lo que allí ocurriera que pudiera oler a rojo.

 

“Fue la peor tortura de todas, porque, si te detenían, sabías que te iban a torturas pero era cuestión de resistir 72 horas; aquí no”, recuerda Vallejo

 

Cuando entró a trabajar allí, Vallejo se dedicó a organizar las comisiones obreras en la empresa. “Después de delaciones, sospechas y seguimientos, me vinieron a detener una mañana en mi casa, antes de ir a trabajar, y ahí empieza el agujero negro”, rememora. Ya con la detención, llevada a cabo por policías de paisano, comienzan los maltratos, que continuaron durante los 20 días que pasó en Via Laietana. Aunque la ley franquista había marcado en 72 horas el tiempo máximo que los detenidos podrían estar en manos de los agentes policiales, en ese momento el régimen franquista había decretado un estado de excepción a raíz de las movilizaciones que pedía la conmutación de la pena de muerte dictada para los militantes de ETA en el proceso de Burgos. “Fue la peor toRtura de todas, porque, si te detenían, sabías que te iban a torturas pero era cuestión de resistir 72 horas; aquí no, la pesadilla es terrible, estás solo frente al aparato de la represión durante el tiempo que ellos quieran”. En esos 20 días Vallejo detalla la tortura física, a base de golpes, y psicológica que sufrió. Veinte días que vivió en duermevela, si saber si era de día o de noche, con el cuerpo dolorido por los golpes recibidos en el anterior interrogatorio, y con un nuevo interrogatorio, a base de torturas, cada cuatro horas con el objetivo de que delatara quiénes eran sus compañeros en la organización sindical y así poder destruirla. 

La querella, a la que ha tenido acceso El Salto, detalla que las torturas físicas consistieron en golpes con la parte frontal de la mano plana, golpes en el abdomen, patadas hasta hacerlo caer en el suelo, encapucharlo o atarlo por debajo y atrás de las rodillas —método de tortura denominado “el pato”—, manteniéndole acuclillado durante horas. También le hicieron sufrir las denominadas “ruedas”, en las que cinco o seis policías en círculo a su alrededor se turnaban para golpearle, o “la bolsa”, técnica de tortura consistente en en colocarle una bolsa en la cabeza, impidiendo que pudiera respirar.

Tras 20 días de torturas, Vallejo fue condenado por el Tribunal de Orden Público por delitos de asociación ilegal, propaganda ilegal y por delito de atentado contra dos de los policías que le torturaron, a los que encima indemnizar con 3.000 pesetas. Estuvo seis meses en prisión, Volvió a ser acusado otra vez, aunque ya se había exiliado a Francia, donde trabajó para la delegación exterior de Comisiones a Obreras. Después marchó a Italia donde trabajó en la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL) y coordinó acciones de solidad internacional con los represaliados antifranquistas. 

Vallejo volvió a Barcelona con el indulto de 1976 y también a la Seat, con la amnistía laboral. Allí asume cargos de responsabilidad, como la secretaría del comité de empresa yla dirección general de CCOO en Seat. También fue elegido en 1986 consejero del Comité Económico y Social Europeo y ha sido responsable de relaciones internacionales en la Federación estatal del metal de CCOO y de la Federación siderometalúrgica de CCOO en Catalunya.

 

Durante una de las sesiones de tortura, Genuino Nicolás le espetó una frase: “Yo soy policía profesional con Franco, seré policía profesional con la democracia y seré policía profesional cuando gobiernes los tuyos”

 

Pero aún recuerda bien a quienes protagonizaron la pesadilla que vivió en Vía Laietana. “El responsable máximo era el comisario Genuino Nicolás, que ya ha muerto”, apunta. Durante una de las sesiones de tortura, Nicolás le espetó una frase que, por desgracia, tenía mucho de real: Yo soy policía profesional con Franco, seré policía profesional con la democracia y seré policía profesional cuando gobiernes los tuyos”. Y así sería. Ese mismo año, Nicolás es nombrado jefe superior de Policía en Zaragoza. Dos años después ya era comisario general de Seguridad Ciudadana, cargo que ocupó durante la visita del Papa de 1982, cuya seguridad él se encargó de coordinar. Y, tras la victoria electoral del PSOE, Nicolás es nombrado director general de Protección Civil. 

“Por encima de Genuino estaba Vicente Juan Creix, que no participaba en las torturas directamente pero era el jefe y estaba al tanto y la coordina”, continúa Vallejo. Vicente Juan Creix y su hermano, Antonio Juan, eran bien conocidos por la disidencia del franquismo. Su trabajo como represores ha sido retratado en el documental Barcelona 1962. L'ombra dels Creix, en el que varias personalidades de la cultura y política, como Manuel Vázquez Montalbán, la historiadora Anna Sallés, Salvador Clotas o el ex conseller de Economía Andreu Mas-Colell, relatan las torturas sufridas a mano de los dos hermanos durante su etapa de estudiantes en Barcelona.

Otros policías incluidos en la querella, identificados porque su nombre aparece en los documentos policiales de su caso, son Rafael Núñez Valverde, Francisco Javier Vázquez Torres, José Antonio González Juan y Francisco Manuel Escobedo García. 

“Hay muchos más casos de torturas en Vía Laietana”, subraya Vallejo. “Desgraciadamente no todas las personas han superado el trauma de la tortura, es un paso difícil dar testimonio de esta experiencia traumática, pero algunos y algunas hemos dado este paso por la memoria de todos aquellos que no lo han superado, por la memoria de las personas anónimas que han pasado por este trance”, continúa el sindicalista. “No es una cuestión personal, sino de reparación colectiva”. 

“Los informes que aportamos cifran en 1.178 las personas represaliadas en Barcelona entre los años 1960 y 1976, de las cuales 837 fueron sentenciadas por el Tribunal de Orden Público y, por tanto, pasaron por centros de detención, y al menos 76 fueron torturadas”, explica Medina. El texto de la querella aporta cifras que se desprenden del estudio realizado por el historiador Javier Tébar “Informe sobre persones represaliades durant el tardofranquisme i la transició a la democracia. Barcelona 1960-1976”. Pero estos son los casos documentados, en realidad son muchos más”, destaca la abogada. 

La querella presentada por Vallejo no será la única. Según ha anunciado, y también la abogada de Iridia, están en preparación dos o tres querellas más de personas que también han sufrido torturas por su activismo contra el franquismo en la antigua sede de la Brigada Político Social en Barcelona. 

¿Abrirá la Ley de Memoria Democrática la puerta a la investigación de los crímenes franquistas?

Hasta ahora, todas las querellas presentadas por torturas durante el franquismo y la transición han sido archivadas de plano, la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática les da cierta esperanza de que cambie la dinámica y los juzgados comiencen, por fin, a investigar. “Se ha perdido la oportunidad para blindar claramente el derecho a la justicia de las víctimas del franquismo, pero sí se ha abierto una pequeña puerta”, señala Laura Medina, de Iridia, una de las abogadas que ha trabajado en la querella de Carles Vallejo. Se refiere a los artículos 2 y 29 de la Ley de Memoria Democrática. El primero de ellos, sobre los principios generales de la ley, señala que su interpretación se hará “de conformidad con los tratados internacionales de derechos humanos en la materia ratificados por España, sin perjuicio de su aplicación directa cuando correspondiera”. El 29, sobre el derecho a la investigación, afirma que “el Estado garantizará el derecho a la investigación de las violaciones de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario ocurridas con ocasión de la guerra y la dictadura, así como en el periodo que va desde la muerte del dictador hasta la entrada en vigor de la Constitución española”. 

 

“Se ha perdido la oportunidad para blindar claramente el derecho a la justicia de las víctimas del franquismo, pero sí se ha abierto una pequeña puerta”, señala Laura Medina

 

“Abre la puerta para que no se de la excusa de siempre para no investigar crímenes del franquismo: el principio de legalidad, la Ley de Amnistía y que los crímenes estarían prescritos, aunque los crímenes de lesa humanidad son imprescriptibles”, apunta Medina. Esos tres argumentos son los que, hasta ahora, han dado los jueces y fiscales para archivar de plano todas las querellas presentadas por crímenes del franquismo. Todas menos una, la relativa a los bombardeos de las fuerzas italianas de Mussolini en Barcelona, donde los acusados serían extranjeros a los que no se les aplica la Ley de Amnistía. “Somos duros de pelar, no desfalleceremos”, afirma Vallejo. 

Vía Laietana como espacio de memoria

La querella presentada por Carles Vallejo no tiene solo el objetivo de que por fin se comiencen a investigar los crímenes del franquismo, aplicando lo dictado por la Ley de Memoria Democrática. La querella es parte de una campaña que tiene por finalidad convertir el edificio de Via Laietana 43, que aún hoy se utiliza como comisaría, en un espacio de memoria. 

“Es una anomalía democrática que todavía sea una dependencia policial un sitio que en el franquismo era un espacio de dolor y tortura”, apunta Vallejo. “La sombra del franquismo planeará sobre las actuales dependencias mientras sigan estando allí; por el bien de la policía democrática, lo mejor que puede hacer es cambiar de localización, que además es inutil e inoperante desde el punto de vista logístico”, añade.

 

“La sombra del franquismo planeará sobre las actuales dependencias mientras sigan estando allí”, advierte Vallejo

 

La campaña, con el lema “Via Laietana, 43. fem justícia, fem memòria”, no es nueva. Hace años que las organizaciones memorialistas reclaman que la sede sea convertida en un espacio que haga homenaje a los represaliados del franquismo en Barcelona, como lo piden también las organizaciones memorialistas de Madrid con la cárcel de Carabanchel, que ya han mostrado su rechazo a la decisión del Consejo de Ministros del pasado 15 de noviembre de destinar el espacio a la nueva sede de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias y una pequeña parte a un espacio memorial.

En la campaña participan organizaciones como Iridia, Òmnium Cultural, la Mesa de Catalunya d’Entitats Memorialistes, l’Amical de Mauthausen, el Observatorio Europeo de Memorias (EUROM), la Fundación Cipriano García y la Associació Catalana d'Expresos Polítics del Franquisme que Vallejo preside, entre otras. 

Y la propia querella es una de las acciones para conseguir que Via Laietana deje de ser una dependencia policial. Según explica Medina, una de las novedades que se incluyen en el texto de la querella es la petición de una diligencia consistente en que se preserve el lugar de los hechos. “El objetivo es preservar la prueba, poder reconstruir los hechos, pero también que el edificio sea resignificado, siguiendo lo que dice la Ley de Memoria Democrática, que incluye artículos enfocados en declarar determinados espacios como lugares de memoria”, explica la abogada, que apunta que es una idea que han cogido de la experiencia argentina con los centros de detención que se utilizaron en su dictadura.